(Esto que paso a comentaros ocurre en Andalucía, España)
Hoy hemos celebrado un Consejo Escolar para sortear el número y el sentido, ascendente o descendente, que dirimirá los casos de empate en el proceso de escolarización. Tras finalizar, no he podido resistirme a comentar lo mal planteado que está este método de desempate.
Primero os voy a poner en situación. Cuando termina el plazo de presentación de solicitudes de admisión, éstas se ordenan alfabéticamente sin distinguirlas por cursos, de tal forma que en el listado ordenado te puedes encontrar alumnos de Bachillerato y alumnos de ESO, con los respectivos cursos que puede haber en estas enseñanzas. En este proceso se han baremado todas las solicitudes y hay muchas que tienen la misma puntuación.
En un Consejo Escolar, mediante sorteo, se establece un número y un sentido, ascendente o descendente, lo cual permitirá dirimir los casos de empate.
Para que lo comprendamos mejor, supongamos que el resultado del sorteo ha sido
lo que nos indica que a la hora de desempatar habría que empezar desde la solicitud 100 y continuar con la 101 y posteriores.
Este proceso tiene un error muy grave, pues vulnera la aparente equiprobabilidad del proceso. Esto es debido a que las solicitudes se agrupan sin distinguir el curso y enseñanza.
¿Por qué hay un fallo?
Supongamos que en este Centro Educativo, tras aplicar el baremo, se ha producido un empate en los alumnos que han solicitado ingresar en 4º de ESO.
Para verlo más claro, pongamos un ejemplo: Hay 3 alumnos con 10 puntos y sólo una solicitud puede ser admitida, pues hay una única plaza en el Centro.
Las solicitudes tienen asociadas los siguientes números:
NOMBRE DEL ALUMNO | NÚMERO DE LA SOLICITUD |
NACHO | 120 |
BORJA | 121 |
OTRO | 122 |
En el sorteo había salido 100 ASCENDENTE.
Nos disponemos a desempatar mediante el número del sorteo, por lo que nos ponemos a mirar las solicitudes a partir de la 100, y hasta llegar a la 120 no nos encontramos a NACHO, que sería la primera y única solicitud que se podría admitir. Mala suerte para las solicitudes 121 y 122, ya que serían alumnos que no serían admitidos en el Centro.
Pero pensemos un poco. Si en el sorteo hubiese salido el 101 ASCENDENTE, también hubiera sido NACHO el afortunado. Y esto mismo pasaría con el 102 ASCENDENTE, 103 ASCENDENTE, hasta el 120 ASCENDENTE ó 120 DESCENDENTE.
La única forma de que sea BORJA el admitido es que salga el 121, da igual el sentido.
Claramente se ve que NACHO tiene más posibilidades de ser favorecido por el sorteo que BORJA.
La única forma de evitar este error es ordenando alfabéticamente los alumnos por cursos y hacer un sorteo independiente para cada curso. Así de simple.