Para hacernos una idea de la personalidad de la mujer que se atrevió a traducir a Newton, observemos el cuadro que pintó su contemporánea Marianne Loir: vemos a una dama exquisitamente vestida y maquillada según los usos de la época, con una flor en una mano, un compás en la otra y al fondo un globo terráqueo; testigo de esas tertulias en su salón donde se discutía si la tierra era ovoidal (como aseguraba Descartes) o achatada en los polos según defendía Newton.Una amalgama de lo que hoy dicen glamour y de ciencia.
 
Gabrielle Émilie Le Tonnelier de Breteuil nació el 17 de diciembre de 1706 en Saint-Jean-en-Greve. Durante su infancia mostró tal facilidad para el estudio que pronto fue una experta en latín, italiano e inglés; pero su verdadera pasión eran las matemáticas.

 
Chatelet