Carolina Herschel fue una auténtica cazadora de cometas.
 
Vivió marcada por la época, en pugna entre su padre que deseaba que se cultivara y su madre que la convertiría a la muerte del padre en una cenicienta. Curiosamente, el hada madrina de este cuento fue su hermano William (descubridor de Urano) que la rescata de una vida al servicio de su madre y la lleva a vivir con él a Inglaterra.
 
Nació el 16 de marzo en Hanover. Su padre tocaba el oboe en la banda militar y llego a ser el director de la banda. Aunque no tenía educación formal quería que sus cuatro hijos y dos hijas la tuvieran, especialmente en música, astronomía y filosofía, pero la madre no aceptaba que las hijas estudiaran, sólo los varones.
 
Mientras sus hermanos recibían una educación formal convirtiéndose en músicos, Carolina estudiaba a escondidas de su madre, que sólo quería que aprendiera las taras domésticas,  con la complicidad  de su padre. Lamentablemente, cuando los franceses invaden Hanover en 1757, su padre se va a la guerra regresando gravemente enfermo, falleciendo en 1767.  Fue una década negra para Caroline: sin el apoyo de su padre pasa de dedicarse a las matemáticas y la astronomía a estudiar confección y costura, convirtiéndose en una sirvienta de su propia madre. Esta etapa dura hasta 1772 año en el que se va a vivir con su hermano William, organista en Bath (Inglaterra).

 
Herschel